Así se recoge en un documento remitido por la OCU a la Secretaría General de Sanidad y Consumo en que se recogen varias propuestas.

Otra demanda de la OCU es que el Catálogo de Prestaciones del Sistema Nacional de Salud no debe ser recortado salvo para procedimientos, aparatos y tratamientos sin valor clínico demostrado.

Tampoco es favorable al copago sanitario (pago por acto médico), ya que no facilita la sostenibilidad del sistema sanitario, acentúa la desigualdad y penaliza a los más vulnerables.

Además, advierte de que el mecanismo disuasorio que se persigue con el copago retrasará acudir al médico y puede hacer que empeoren patologías, por lo que al final el coste en su tratamiento puede ser más elevado.

Pide también la generalización del uso de la tarjeta sanitaria única y la receta electrónica en todo el territorio, un mayor avance en la utilización y la financiación por grupos terapéuticos equivalentes, y la utilización de genéricos, fijando como objetivo una tasa del 50% a corto plazo.

Por otro lado, aconseja la no financiación de las novedades terapéuticas más costosas que no aportan ventajas comparativas con el tratamiento de referencia y evitar los abusos del llamado “turismo sanitario”.

Entre otras medidas, pide además la creación de un procedimiento centralizado de compras de medicamentos para tratar de conseguir mejores precios de adquisición.