En rueda de prensa tras la Junta de Portavoces, Echenique protestó porque “es la primera vez que algo tan grave ocurre en el Parlamento desde la recuperación de la democracia: que un grupo parlamentario sabotee el acto de otro grupo parlamentario”, y añadió que “es duro decirlo pero (Batet) se ha puesto del lado de Vox, ha protegido a la ultraderecha”.

El secretario primero de la Mesa y diputado de UP, Gerardo Pisarello, llevó la queja del grupo a la Mesa amparándose en el artículo 106 del Reglamento, pero, según Echenique, “la presidenta no ha querido aplicarlo”. Cuando se le preguntó por las razones esgrimidas por el PSOE, él dijo haber visto a los socialistas receptivos hasta ahora a su enfoque, “pero en la Mesa la presidenta tiene mucho que decir”.

Así, personalizó sus reproches en Batet con la sospecha de que “quien ha liderado la decisión de no sancionar no ha sido tanto el Grupo Socialista como la presidenta”, y de que “si ella hubiera propuesto una sanción el Grupo Socialista habría acompañado” y sumado sus dos votos en la Mesa a los tres de Unidas Podemos para aprobar por mayoría la sanción a los dos diputados que reivindicaron haber puesto el altavoz desde el que sonaron los himnos: Manuel Mariscal y Luis Gestoso.

Finalmente, Echenique advirtió de que, al no sancionarlos, “se sienta un precedente muy peligroso” y “veremos cómo va a ir a más”, y “lo próximo que va a pasar, a lo mejor, es que la derecha sabotee otro acto”, porque “se les ha dado un mensaje clarísimo de que pueden hacer esto impunemente”.