Robles aterrizó a primera hora en Dakar para visitar al Destacamento Aéreo Táctico Marfil (DAT), el contingente español del Ejército del Aire, que presta apoyo a la acción antiterrorista de Francia en la zona del Sahel, y posteriormente emprendió viaje por caminos de tierra marcados a un lado y a otro por baobabs, hasta llegar a una escuela de primaria construida junto a edificios bajos de adobe entre los campaban a su anchas gallinas y burritos.

La escuela Mere Paule Lapique de Sanghe es un milagro de “la Providencia”, repitió la impulsora de esta institución, Sor Hortensia, una monja burgalesa de la Inmaculada Concepción nacida hace 79 años, de los cuales ha pasado 55 en Senegal, que fue quien recibió a la ministra junto a tres alumnos que entregaron a Robles un ramo de flores.

La ministra acudió a entregar equipamiento informático y deportivo para la escuela, desde camisetas y balones, hasta ordenadores e impresoras, y también juegos educativos. Sor Hortensia agradeció la aportación del Ministerio de Defensa, pero aprovechó la presencia de Robles para sacar algo más para sus niñas y niños, así que explicó la necesidad de la escuela de contar con pozo propio para tener agua potable, un deseo al que le faltan entre 12.000 y 15.000 euros.

Y le faltó tiempo a Robles para indagar sobre el problema, y poner ‘en un apuro’ al jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro López Calderón, que acompaña a la ministra en el viaje, al igual que la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. El Jemad no dudó y dijo que España se hará cargo de los fondos que precisan para acabar el citado pozo.

Posteriormente, Margarita Robles visitó las aulas en las que estudian niños y niñas de seis hasta doce años, y en varias fue recibida con canciones. Especialmente simpática fue la visita a la clase de los más pequeños. Para finalizar, todos los alumnos celebraron desde una grada con cánticos la presencia y la ayuda de la ministra de Defensa.