Así lo defendió en declaraciones a los medios de comunicación previas al acto de entrega de los Premios Consumópolis 2020-2021, que se celebró en Cuenca, y en las que afirmó que su departamento está “totalmente alineado con este tipo de decisiones” y lo ha “hecho ver”, convencido de que “necesitamos corregir nuestras decisiones de consumo para adaptarlas a lo que permite el planeta”.

A su juicio, la ganadería industrial e intensiva, las macrogranjas, es un sistema “que no es sostenible ecológicamente, que contamina los suelos, que contamina el agua, que no genera empleo y que tiene que ser claramente sustituido por lo que nosotros conocemos como ganadería extensiva, social, familiar”.

“Esta es una ganadería que sí es respetuosa con el medio ambiente, que genera puestos de trabajo, que protege las relaciones sociales y las relaciones locales, que se arraiga en el territorio y que, además, protege al propio medio ambiente de fenómenos como pueden ser los incendios”.

A este respecto, consideró “claro” que la administración pública “tiene que trabajar para que el sistema agroalimentario sea sostenible”. “Y lo que nos dice la evidencia científica es que, en este momento, precisamente por el vector que suponen las macrogranjas muy en particular, no lo es”, espetó, para agregar que "toda iniciativa destinada a proteger el medio ambiente y hacerlo, además, de esta manera, siempre tendrá la bienvenida de quienes estamos trabajando en esas líneas de trabajo”.