En rueda de prensa tras la Junta de Portavoces, Echenique argumentó esta opinión señalando que “los indicios existentes respecto a las actividades corruptas de Juan Carlos I son abundantísimas y nadie ha negado la mayor”, sino que la Fiscalía suiza sólo ha dicho que se han encontrado pruebas de que los 65 millones ocultos allí procedieran de comisiones por la adjudicación a empresas españolas de las obras del tren de alta velocidad La Meca-Medina.

En este sentido, el portavoz recordó que en 2007 el rey Juan Carlos le había concedido al rey Abdalá el Toisón de Oro, en un momento de desprestigio internacional de Arabia Saudí por la financiación de Al Qaeda, por lo que, sea cual sea el origen, “nada cambia”, y “todo el mundo sabe de las actividades corruptas” del monarca emérito.

Ya el secretario primero de la Mesa del Congreso y diputado de En Comú Podem, Gerardo Pisarello, había dicho algo parecido en otra rueda de prensa antes de la Junta de Portavoces, al subrayar que el archivo “no desmiente las graves acusaciones que pesan sobre Juan Carlos”. Es más, defendió que la Fiscalía suiza “ha puesto luz sobre operaciones irregulares que en España no se habían investigado utilizando como excusa la inviolabilidad de la Corona”, dijo que le habría gustado “más cooperación por parte de las autoridades españolas” y se mostró escéptico con que esa donación árabe sea “una operación filantrópica, a cambio de nada”.

Echenique aprovechó para incidir en el mensaje habitual de Unidas Podemos de que “el problema no es Juan Carlos I, el problema es la monarquía, el diseño de la institución monárquica”. Es decir, “la impunidad de cualquier persona que ocupas la Jefatura del Estado, y eso no ha cambiado” y cualquier sucesor “podría llevar a cabo las mismas actividades que ha llevado a cabo Juan Carlos I con las mismas consecuencias de impunidad absoluta”.