El nuevo Reglamento de Casinos de juego aprobado este martes por el Ejecutivo vasco se dicta al amparo de la competencia exclusiva en materia de juego que, en virtud de la Ley de Juego de 1991, tiene la Comunidad. Con este Reglamento se cubre una "importante laguna" en el marco legal que regula el juego en Euskadi, dado que el de los casinos era el único subsector que hasta la fecha no tenía una normativa propia completa, por lo que de manera provisional se aplicaba parcialmente la regulación estatal de 1979.

Con el nuevo Reglamento se establece una regulación completa de los casinos de juego en todas sus facetas: derechos, obligaciones y limitaciones de los jugadores, protección de los menores de edad y de las personas con problemas de ludopatía, planificación del número de locales de juego, juegos autorizados, régimen de autorización, etcétera.

Especial mención merece el apartado referido a la protección de los derechos de las personas jugadoras, al impulso del juego responsable y de los principios en los que se inspira.

La norma establece que para lograr estos objetivos las empresas titulares de los casinos vascos deberán implicarse en divulgar el juego responsable, ofreciendo a la clientela información sobre la naturaleza de los juegos ofrecidos y los daños que su exceso podría provocar, fomentando las actitudes de juego moderado y consciente. Las empresas deberán realizar cursos de formación para su personal sobre juego responsable.

El Reglamento cataloga también todas las variantes y modalidades de juegos de círculo y contrapartida, asumiendo las tendencias sociales y las preferencias de los usuarios. También regula las modalidades de torneos sobre juegos propios de casinos, con una especificidad propia en cuanto que se pretende realizar juegos más sociales y competitivos al margen de la posibilidad de obtener un premio.

El nuevo texto contempla asimismo la posibilidad de utilizar las nuevas tecnologías de la sociedad de la información para practicar los juegos propios de casino, siempre que se realicen con, al menos, las mismas garantías y condiciones de seguridad que se exigen para los casinos tradicionales.

Con la aprobación del Reglamento se alcanza una ordenación integral de los casinos de juego adecuada a las reglas, principios y criterios de la Ley del Juego, se mejora el control administrativo sobre este tipo de actividades y se refuerzan las garantías que deben reunir las empresas dedicadas a esta actividad empresarial, todo ello para ofrecer a los consumidores y usuarios en general, la seguridad jurídica que ampare sus derechos.