2.260 RECLUSOS DE SEVILLA PUEDEN QUEDARSE SIN COMIDA Y MEDICINAS, POR DEUDAS PENDIENTES, SEGUN USO

MADRID
SERVIMEDIA

Los proveedores y empresa que suministran alimentos y artículos de primera necesidad a las prisiones de Sevilla I y Sevilla II amenazan con negarse a distribuir los productos, si la Secretaría General de Asuntos Penitenciarios no abona los 352 millones de pesetas que deben los dos centros penitenciarios.

Según fuentes del sindicato USO prisiones, las deudas, acumuladas a lo largo de los últimos seis meses, ascienden a 152 millones de pesetas en Sevilla I, que cuenta con 760 presos, y a 200 millones en Sevilla II, con 1.500 relusos.

El sindicato afirma que el problema económico es extensible a todas las prisiones de España, excepto las de Cataluña, que sólo han recibido la cuarta parte del dinero presupuestado como gastos generales para el primer trimestre del año.

La central sindical asegura que ha tenido acceso a documentos que demuestran lo alarmante de la situación, de forma especial en Sevilla, hasta el punto que Asuntos Penitenciarios ha remitido una circular a los directores y administradores de las cárceles seillanas para que los fondos líquidos destinados a la alimentación se dediquen exclusivamente a tal fin y así poder asegurar el sustento diario de los internos.

De acuerdo con datos facilitados por USO, Sevilla II gasta cerca de 22 millones de pesetas al mes en alimentar a los presos, por lo que su cuenta anual sobrepasa los 252 millones, mientras que en Sevilla I el presupuesto alcanza los 126 millones al año.

También los laboratorios farmaceúticos exigen el importe de las medicinas suministradasen los últimos meses, cuyos gastos se disparan en las prisiones sevillanas, en las que de los cerca de 2.250 reclusos más de 900 están infectados por el virus del SIDA.

USO recalca que el costo del tratamiento antisida con "retrovir" o "aciclovir" oscila entre las 35.000 y las 150.000 pesetas mensuales por enfermo, según el medicamento empleado.

La central sindical advierte de lo fatal que sería para los presos infectados interrumpir el tratamiento, ya que supondría una rápida evolución de la enfrmedad al dejarles a merced de cualquier infección por carecer de defensas.

El sindicato recuerda que el problema se extiende a todo el territorio nacional y que, según un reciente estudio, el 40 por ciento de los presos españoles tiene anticuerpos del SIDA y un 60 por ciento padece o ha padecido la hepatitis B.

(SERVIMEDIA)
11 Mar 1992
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