La entidad recordó que la realidad “intrínseca” de la dignidad “inalienable” y universal de las personas es su motor diario, así como cambiar la situación personal y familiar de “indignidad” e “injusticia” que, de forma estructural, se perpetúan en España y en otros países.

En el IV Encuentro de Derechos Humanos, celebrado el pasado mes de mayo por Cáritas, manifestaron que dos de los principales retos son “no invisibilizar aún más a las personas descartadas, las más frágiles” y el de tomar conciencia de que los momentos de crisis sirven para “fortalecer la garantía de derechos” para “reducir desigualdades y avanzar en Derechos Humanos”.

Durante estos casi dos años de pandemia, Cáritas ha podido ver, en los recursos y programas, cómo muchas situaciones de exclusión y vulnerabilidad no han encajado en las ayudas y prestaciones aprobadas dentro del denominado “escudo social” por carecer de los requisitos documentales necesarios.

A ello añaden la necesidad de utilizar herramientas informáticas y digitales, lo que ha dejado fuera a las personas más vulnerables, en especial a las niñas, niños, adolescentes y personas mayores, que ha dado lugar a esta terrible “brecha digital” que está haciendo tremendamente difícil ese acceso a derechos.

La lucha por la dignidad y la justicia son ejes centrales de la misión de Cáritas, y su compromiso en la promoción y defensa de los derechos humanos.