En el debate en el Congreso de los Diputados sobre la última reunión del Consejo Europeo, el líder socialista se centró en la revisión del déficit para este año, desde el 5,8% del PIB anunciado por el presidente al 5,3% impuesto finalmente por la Comisión Europea.

Rubalcaba juzgó “sensata” la petición de flexibilizar ese objetivo y recordó que él mismo lleva meses solicitándolo, “alguien me llamó antipatriota, pero seguro que ahora ya no me lo llama”.

El problema, precisó, es “cómo se ha hecho”, justificándolo como un “ejercicio de soberanía fiscal” al lado de la habitación donse se estaba pactando, precisamente, la cesión de soberanía fiscal que comporta el pacto de estabilidad.

Se preguntó además por qué la Comisión obliga a España a recortar hasta el 5,3% del PIB este año, por qué no otro porcentaje, y habló incluso de cierto “fetichismo numérico” que hasta ahora no se ha argumentado con “fundamentos económicos”.

Si hay que hacer dos tramos hasta llegar al 3%, dijo Rubalcaba, lo más razonable sería hacer un ajuste menor el año en el que, previsiblemente, la economía va a ir peor, y dejar el ajuste mayor para el año en el que se habrá recuperado un poco. Por eso, la decisión es “cuando menos, discutible”.

Esa decisión ha provocado, denunció, una votación “surrealista” del Congreso al aprobar un techo de gasto sobre la previsión del 5,8% del déficit cuando el Gobierno ya había aceptado el 5,3%, aunque irónicamente se negó a llamarlo “improvisación” y se mostró convencido de que todo ha sido resultado “de un sesudo y profundo análisis de la economía española” por parte del Gobierno.

Si se hubieran presentado los Presupuestos, aseguró el líder socialista, se podría haber valorado mejor la conveniencia de acometer “un ajuste u otro”, y si realmente hay razones solventes para pedir esa flexibilidad, “hubiéramos obtenido un mayor margen de maniobra”.

Rubalcaba denunció que en las previsiones del Gobierno hay magnitudes “difícilmente comprensibles”, como un crecimiento de los ingresos por 10.000 millones “que no entendemos de dónde salen”, y reiteró su convicción de que la incertidumbre no es achacable a la Comisión Europea sino a las elecciones en Andalucía y Asturias.

Es cierto que hay que cumplir el ajuste, reconoció, pero ya que hay que hacerlo entre todas las administraciones, “afecta a todos” y hay que preservar políticas públicas esenciales, abogó por “discutir entre todos” en un debate general sobre ingresos y gastos.

En ese sentido, abogó abiertamente por recortar en Defensa y no en Educación, “lo hizo Merkel hace dos años y no pasó nada”; dejar el IRPF y subir impuestos a patrimonios y grandes fortunas; y subir los de alcohol de alta graduación y tabaco en vez de aprobar el copago sanitario.

También defendió el refuerzo de la lucha contra el fraude limitando progresivamente los pagos en metálico hasta llegar a las facturas de mil euros.

Ante las “reiteradas menciones” a la herencia recibida por parte de los miembros del Gobierno, Rubalcaba les emplazó a “meditarlo un poco más” porque el Estado “cumplió” la previsión de déficit y las decisiones de subir el IRPF, bajar el gasto en I+D+I, extender las deducciones por vivienda, congelar el salario mínimo y crear un contrato de un año con despido libre han sido del Gobierno, “nada tienen que ver con la herencia recibida, y como tal las deben asumir, responsablemente, como gusta decir al Gobierno”.

Entre sus propuestas, Rubalcaba emplazó también a Rajoy a imitar la promesa electoral del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, e implantar unilateralmente el impuesto sobre las transacciones financieras, lo haga o no la Unión Europea.