La organización se desplazó hasta Andalucía, comunidad que lleva desde el 2 de noviembre en situación “excepcional” por sequía “extraordinaria”, para mostrar la preocupante situación hídrica a través de imágenes, las causas y efectos del problema del agua en España.

Además, insistieron en que es “imprescindible” cambiar la forma en el que se administran los recursos naturales para mitigar los efectos de la “desertificación y las sequías venideras”.

El problema de la falta de agua no sólo se debe a la disminución de las precipitaciones, agravada por la crisis climática, también depende de la mala gestión de los recursos hídricos como los regadíos industriales, trasvases, pozos ilegales o exportación. Así como del grado de contaminación de las aguas por factores como la industria, las macrogranjas o la agricultura intensiva.

Según informó Greenpeace, la cuenca del Guadalquivir es un “buen ejemplo” de este problema, y reiteró que allí se pretende justificar como “sequía” una situación de escasez hídrica, que ha sido provocada por la “enorme” demanda de recursos hídricos por parte de los regadíos de uso intensivo.

El coordinador de Greenpeace en Andalucía explicó que “estamos en pleno proceso de alegaciones al plan hidrológico de la cuenta del Guadalquivir”, y alertó que “es preocupante la apuesta que este plan hace por el olivar intensivo e hiperintensivo, que puede llevar al colapso hídrico”.

Greenpeace considera que es “urgente” cambiar la política hidráulica, luchar contra el “grave” estado de contaminación, implantar regímenes entre las demandas de recursos y los recursos disponibles, incrementar la superficie dedicada a la agricultura ecológica y el uso de variedades locales, entre otros.