Cuando Quadra llevaba tres minutos hablando y le restaban, según sus cuentas, otros tres, recibió un aviso de la vicepresidenta del Cámara Baja, que en ese momento estaba moderando el debate, para que fuera finalizando.

El aviso provocó el enfado del portavoz de Amaiur, que invocó los acuerdos internos del Grupo Mixto y el pacto con el presidente del Congreso, Jesús Posada, de principios del mes de febrero, en virtud de los cuales se hacía el reparto de tiempos en las intervenciones del Grupo Mixto.

Villalobos acabó apagando el micrófono a Quadra, cuando éste se quejaba de una "imposición como tantas" que se han venido planteando a la formación independentista vasca. "Acostúmbrese usted a escuchar", le repitió machaconamente Villalobos.

Quadra seguía protestando desde la tribuna con el micrófono cerrado. Cuando por fin, se le volvió a escuchar, el diputado pidió a la vicepresidenta: "Acostúmbrese usted a respetar los acuerdos que se nos han trasladado y no a usarlos a su antojo".

El reparto de tiempos en el Pleno para el Grupo Mixto es fruto de un acuerdo con el presidente del Congreso alcanzado el pasado 8 de febrero.

De acuerdo con él, aquellos debates de reales decretos de "especial interés", en los que todos los integrantes del Grupo Mixto están autorizados a participar, contemplan un turno de palabra de seis minutos para el partido mayoritario, Amaiur, y tres para cada uno de los otros siete. Este es el caso del debate sobre la reforma laboral.

Cuando se debaten reales decretos ordinarios, la Presidencia del Congreso sólo autoriza la palabra a tres de las formaciones del Grupo Mixto. En ese caso, Amaiur, que como formación mayoritaria siempre interviene, cuenta con cinco minutos y los otros dos partavoces designados por el Grupo tienen cuatro minutos cada uno.

Inmediatamente después de acabar la intervención de Quadra, Villalobos estuvo hablando por teléfono desde la Presidencia del hemiciclo y poco depués Jesús Posada volvió a ocupar su puesto de moderador.