Antes de iniciarse la Comisión, el presidente de la misma, José Ignacio Llorens, indicó que los tiempos fijados para los debates de las nueve proposiciones no de ley que iban a presentarse no debían exceder de los 5 minutos, rebajando así los 7-10 minutos que se daban hasta ahora.

Una vez finalizado el debate de las distintas propuestas, algunos portavoces expresaron su malestar ante la reducción de los tiempos, asegurando que se había batido un "récord histórico" en la Cámara y que el establecimiento de las nuevas normas suponía una modificación sin precedentes.

Idénticas protestas generó la decisión del presidente de la Comisión de que las votaciones serían a las 13.30 horas. Algunos diputados le recriminaron que había dicho al comienzo que serían a las 13.00 horas y que, por tal motivo, determinados parlamentarios no podrían estar a la hora indicada por haber organizado sus agendas en función de la primera resolución.

Finalmente, el presidente determinó que las votaciones se producirían a las 13.15 horas, si bien dejó claro que en ningún momento había dicho que serían a las 13.30, sino "no antes de las 13.00 horas".