Caldera inauguró una jornada con líderes progresistas latinoamericanos organizada por la Fundación Ideas. Su intervención estuvo centrada en la crisis económica y en la necesidad de buscar alternativas "creativas" desde la izquierda para superarla.

No es una crisis "normal", aseguró, sino que se está desvelando como "sistémica", alterando los fundamentos de un modelo económico que se ha gestionado "con graves dosis de irresponsabilidad" durante las últimas décadas y cuya consecuencia está siendo un incremento de la desigualdad.

Una crisis generada por la desregulación financiera, alertó, no puede ser superada permitiendo que la desregulación "campe por sus respetos" en todos los ámbitos, también el social.

Eso es lo que, en su opinión, subyace en la reforma laboral impulsada por el Gobierno, "agresiva" en sus términos y que "dinamita" las bases sobre las que se ha construido la democracia en el ámbito de las relaciones laborales.

Llamó por ello a los progresistas a combatir ese "neofundamentalismo" sustentado en la reducción de todas las políticas a términos puramente "económico contables".

Esa reforma laboral, advirtió, incrementará las desigualdades sociales y acarreará por ello "tremendos costes" para el sistema, también para las empresas.

"Favorecer urbi et orbe el despido", advirtió Caldera, eliminando el vínculo de estabilidad que permite la formación de los trabajadores, sólo incrementará las diferencias sociales.

Europa, concluyó, debe "aprender" ahora de América Latina, que está sabiendo superar la crisis continuando la reducción de desigualdades.

Después de décadas de extensión de derechos y de haber sido modelo de estado del bienestar para el mundo, Europa puede ahora empezar a "retroceder" y la labor de los progresistas es buscar fórmulas para evitarlo.