Así lo anunció el presidente del Gobierno anfitrión, Mariano Rajoy, en la presentación de la cumbre, que tuvo lugar hoy en la sede de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid.

Allí quiso subrayar "la importancia que el Gobierno español da a esta cumbre", ejemplificada en que la propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, presidirá una reunión ministerial al respecto.

Sáenz de Santamaría estuvo presente en la presentación, así como el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y las alcaldesas de Madrid y Cádiz, Ana Botella y Teófila Martínez.

Entre otras cosas, el presidente del Gobierno se ofreció a explicar en la UE los intereses iberoamericanos, algo que, dijo, España puede hacer mejor que nadie al tener ojos europeos y también iberoamericanos.

Rajoy destacó también la relevancia de la Constitución de Cádiz de 1812, cuyo bicentenario explica la elección de esta ciudad como sede de la cumbre.

1812, PUNTO DE INFLEXIÓN

Para el jefe del Gobierno, "celebrarla juntos es un acto de justicia inexcusable", toda vez que la redactaron diputados de ambas orillas del Atlántico convirtiéndola en "el punto de inflexión de la historia de España e Iberoamérica", que les "abrió las puertas del Estado moderno y la vida política".

Considerando la cumbre "una inmejorable ocasión" para renovar la colaboración en las tareas en común y una relación establecida en pie de igualdad, Rajoy detalló que dedicará el almuerzo del 17 de noviembre a cimentar esta relación renovada, "sin rehuir ningún debate".

Por su parte, la reunión de ministros de Industria de todos los países participantes en la cumbre se centrará, según Rajoy, en el estudio de la situación de las pymes en ambos hemisferios, mientras que la de Fomento abordará la posibilidad de que las empresas españolas realicen infraestructuras en Iberoamérica.

Una de ellas la presidirá la ministra de Empleo, Fátima Báñez; señal, al parecer, de la importancia que concede el Gobierno al Convenio Iberoamericano de Seguridad Social.

Rajoy concluyó su alocución reconociendo que ahora "hará falta mucho esfuerzo para mejorar el bienestar de los ciudadanos", pero se mostró convencido de que "España superará esta crisis, como ha superado otras y superará las que vengan después". Para ello, apuntó: "Lo que no podemos perder es la confianza en nosotros mismos".