En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Calviño fue preguntada por la evolución de la inflación, que en noviembre repuntó hasta el 5,6% de forma provisional, y si el Gobierno se plantea vincular al IPC variables como el Ingreso Mínimo Vital.

La vicepresidenta primera respondió que “a nadie tiene que sorprender” la escalada en los precios de consumo porque es un hecho “muy directamente relacionado con la intensidad de la recuperación económica” y en el que influye la comparativa con 2020, cuando “la preocupación” de los analistas era “el bajo nivel de los precios”.

En este sentido, recordó que el año comenzó con el IPC en el 0% y que el repunte se ha producido “a partir del verano” y con el impacto del aumento de los precios energéticos y los problemas de suministros.

Destacó que “todos” los organismos prevén que sea “un fenómeno transitorio” y se atenúe a partir de la primavera del año que viene. Así, Calviño subrayó que “es muy importante evitar que se convierta en un fenómeno estructural” que pueda tener un impacto “negativo” en la competitividad de la economía y aseguró que “así está siendo y tenemos que tomar las medidas adecuadas, pero teniendo en cuenta el carácter transitorio de este rebote de los precios”.

La vicepresidenta primera del Ejecutivo destacó que las rebajas fiscales aprobadas por el Gobierno suponen en torno a 4.000 millones de euros anuales y se remitió a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, para decir que en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) hay “margen” para tomar más medidas “si se consideran necesarias”.

También puso de relieve que “España ha sido el primero en poner sobre la mesa” en el plano europeo la necesidad de “atajar el alza de los precios en los mercados mundiales”.

Por su parte, la portavoz gubernamental, Isabel Rodríguez, aseguró que se cumplirá la promesa de que los hogares paguen en este año “una factura equivalente” a la de 2018 “descontada la inflación”.