Villarejo, que es abogado, pretendía ejercer de defensor en este juicio, pero en lo que va de vista, el tribunal no le ha dejado pronunciar ni una sola palabra y ha exigido que sea su abogado, Antonio García Cabrera, el que exponga sus alegaciones.

Tras dejar patente su protesta, el letrado ha continuado con la exposición de las cuestiones previas, que comenzó en la última sesión. Villarejo está siendo juzgado por la piezas ‘Land’, ‘ Iron’ y ‘Pintor’, de la macrocausa ‘Tándem’.

Ya al final de su exposición, Gacía Cabrera volvió a pedir al tribunal que autorizara a Villarejo a leer una única cuestión previa que “no es muy extensa”. Murillo se mostró inflexible en este punto durante las cuatro jornadas del juicio celebradas hasta este viernes y ordenó al letrado: “Proceda usted a su lectura”.

El escrito al que tuvo que dar lectura García Cabrera advertía al tribunal de que se está cercenando su derecho a la defensa y que otros acusados que se han defendido a sí mismos en otros procesos sí han sido escuchados en juicio. Tras afirmar con retranca que podía hablar en su propio nombre por “no estar impedido para ello por ninguna minusvalía funcional", alertó de que se podrían estar vulnerando sus derechos.

Como ya ha dicho anteriormente, Villarejo, por boca de su abogado, sostiene que esta causa es una construcción del CNI para destruirle, en el que la Fiscalía actúa como colaboradora. Murillo le llamó la atención por entrar en el fondo del asunto estando aún en fase de cuestiones previas. La discusión continuó hasta que la presidenta zanjó: "No estamos en la última palabra", momento en el que Villarejo sí se podrá dirigir al tribunal.

No fue éste el único momento tenso entre Murillo y la defensa del comisario jubilado. Durante la mañana se produjo otro encontronazo, después de que García Cabrera deslizara que el tribunal había estado “dormitando” durante su exposición.

Tras un receso en la sesión, el letrado pidió al tribunal que se retirara de las actas esa expresión con la que quiso protestar porque los magistrados no le estaban prestado la atención que creía merecer. El abogado pidió la retirada de la expresión porque podía entenderse como “una crítica al tribunal”.

Ante la petición, Murillo le preguntó: "¿Se refiere a la afirmación de que el tribunal se ha dormido, no?". A continuación, la presidenta del tribunal le exigió que acreditase “donde el tribunal ha perdido la atención o se ha dormido” y remachó que la crítica es lícita pero hay que demostrar "en qué minuto, en qué segundo, en qué instante" ha ocurrido eso.