Para el consejero vasco, no se puede esperar a que haya más dinero, por lo que “si uno no quiere recortar, lo que nos queda es realizar una transformación muy profunda”.

Durante su intervención en el citado encuentro informativo, organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, Bengoa aseguró que la solución ”no pasa por recortar prestaciones, sino que hay que reorganizar las que damos”. Este reto adquiere mayor relevancia en cuanto que la tendencia en los próximos años es el aumento de las enfermedades crónicas debido al envejecimiento de la población.

Para conseguir este reto, el consejero de Sanidad considera un éxito la gestión de su Gobierno durante los últimos tres años, “promoviendo la utilización de medicamentos genéricos, mayor productividad interna frente a contratación externa de operaciones, tratamientos, etc., una gestión más exigente a los proveedores, una centralización de compras y una gestión de recursos humanos mucho más exigente”.

“Todo ello nos ha permitido en Euskadi cerrar los libros mejor que en otros sitios, y no tener ninguna factura en el cajón”, manifestó.

Para Bengoa, “Euskadi, Osakidetza, ha aguantado bien ese estrés de esfuerzo con el que se ha gestionado la crisis, con un plan de gestión organizado y no improvisado”. Sin embargo, opina que la gestión eficaz de la crisis “está bien pero es insuficiente, permite sobrevivir a la crisis pero no es bastante, hay que preparar el futuro y para eso hay que modernizar el sector. Tenemos que usar lo que tenemos de forma mucho más ágil”.

Por ello, Bengoa piensa que se necesita un “nuevo modelo organizativo”, ya que el actual está basado en el modelo antiguo "de rescate, de reparación” del paciente, y “esto sirve para el episodio agudo, pero es incompatible con el 80% de los pacientes crónicos”.

El modelo organizativo actual, en su opinión, sigue ofreciendo "demasiada medicina fragmentada a un ciudadano que necesita justo lo contrario, continuidad de cuidados”.

COLABORACIÓN CON LA INDUSTRIA

Bengoa pidió además promover la sanidad como una inversión en conexión con la industria, porque además de garantizar la asistencia sanitaria, supone “un importante crecimiento económico, ya que la mejora en la salud de las personas contribuye a las mejoras de la productividad de los países”.

Para el consejero, el sector público sanitario vasco y el sector público industrial “deben empezar a ir de la mano”. “Necesitamos innovar donde y como prestamos un servicio, y para ello necesitamos colaborar con la industria”, dijo.

Además, añadió que “se trata de desarrollar soluciones para hacer más en casa, más en Atención Primaria y menos en hospitales”.