En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Rubalcaba preguntó a Rajoy si cree que las medidas tomadas “son las que necesita el país”.

“Creo que sí; si no lo creyera no las tomaría, tomaría otras”, respondió Rajoy. “Creo también que hay que tomar más, y en eso estamos trabajando, y todas estas medidas, aprovecho para decírselo, creo que no van a producir efectos en el corto plazo”.

Rajoy esgrimió la propia situación de España y el “entorno” internacional, especialmente europeo, a pesar de lo cual las medidas del Gobierno están “sentando las bases para crecer en el futuro de forma sostenida y estable” y generar empleo.

LO CONTRARIO DE LO PROMETIDO

Rubalcaba se centró en la reforma laboral para acusar a Rajoy de haber hecho lo contrario de lo prometido, al abaratar el despido y crear un nuevo contrato llamado indefinido pero que en el realidad es “un monumento a la precariedad”, porque es de un año con despido “libre y gratuito”, y al haber “roto todos equilibrios” que sustentaban las relaciones laborales.

En vez de flexibilidad para las empresas y seguridad para los trabajadores que se está consolidando en Europa, acusó al Gobierno de fomentar la “flexi-inseguridad” en quienes tienen un contrato, en quien tiene uno nuevo y en los jóvenes sin prestación por desempleo, porque “para ellos no hay nada”.

La reforma es, sentenció, “una enmienda a la totalidad” de las relaciones laborales instauradas en España a lo largo de la democracia, al dar a los trabajadores el mensaje de “o aceptas la bajada de salario o ahí tienes la puerta”. “Esa no puede ser la forma de crear empleo en España”, alertó.

Rajoy respondió enumerando otras medidas aprobadas por el Gobierno “en todos los ámbitos” y defendió la reforma laboral porque la situación anterior “no nos llevaba a ninguna parte”.

En las circunstancias en las que está España, reiteró, hay dos opciones: “o no hacer nada”, que es lo mismo que aprobar una reforma como la del anterior Gobierno “que no sirvió para nada”, o avanzar en la línea apuntada.

Rajoy subrayó además que ya existía el despido con 33 días y también con 20, pero “estaba mal redactado” y ahora ambos funcionarán “de verdad”, junto a la movilidad dentro de la empresa.

Reconoció que con esta reforma “van a perder mucho poder las organizaciones empresariales y sindicales, pero tenemos que gobernar para la gente”.