Según expusieron a Servimedia fuentes populares, el partido es consciente de que el ascenso de Rubalcaba a la Secretaría General del PSOE conllevará cambios en su perfil y estrategia política, y trabaja sobre la base de que el nuevo líder socialista "va a retroceder" sobre las posiciones de Zapatero en estos asuntos, por lo que será más fácil llegar a acuerdos.

Los populares esperan que, con Rubalcaba, el PSOE disminuya su interés por apuestas como la relación con Venezuela o la Alianza de Civilizaciones. Respecto a ésta última, los populares dicen no tener especial animadversión, pero consideran que ha sido poco útil y que ahora hay otras prioridades.

Curiosamente, en el PP sí se baraja que el PSOE tratará de crearse una posición propia en relación a Cuba y, por tanto, se prevé que "habrá divergencias". El PP anuncia que se mantendrá fiel a la posición común de la UE y promoverá el diálogo con la disidencia.

Otro de los aspectos que el Ejecutivo tratará de fortalecer son las relaciones con EEUU que, a juicio del PP, sigue siendo "el país indispensable" pero cuya opinión pública aún recuerda que Zapatero no se levantó ante su bandera en el desfile del Día de la Fiesta Nacional de 2003 y luego retiró unilateralmente las tropas españolas de Irak.

Las fuentes consultadas ya detectaron un cambio en la política exterior del Gobierno socialista cuando Trinidad Jiménez sustituyó a Miguel Ángel Moratinos al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

GIBRALTAR

Respecto a Gibraltar, las mismas fuentes calificaron las acciones del anterior Gobierno como "un desastre", por situar al Peñón al nivel de los dos estados en liza y olvidar los intereses del Campo de Gibraltar español.

En este sentido, las citadas fuentes del PP avalan la toma de posición del nuevo ministro, José Manuel García-Margallo, acerca de la soberanía de Gibraltar, por más que fuera rápidamente replicada por diversos portavoces del Gobierno británico.

En cualquier caso, estas fuentes contextualizaron la broma de García-Margallo al eurodiputado británico Charles Tannok que volvió a poner sobre la mesa la cuestión del Peñón al saludarle el pasado 19 de enero con la proclama "¡Gibraltar, español!".

Según explicaron, la chanza data de años atrás, cuando ambos eran compañeros en la Eurocámara; Tannok, elegido por una circunscripción en la que se engloban también los votos gibraltareños, decía ser representante de éstos, a lo que García-Margallo contestaba que él lo era de todos los españoles menos los gibraltareños.