Un catedrático de Santiago dice que el conflicto lingüístico en Galicia lo llevaron María San Gil y Rosa Díez

- Al compararlo con el caso vasco en la campaña electoral

MADRID
SERVIMEDIA

El catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Santiago de Compostela José Carlos Bermejo considera que el conflicto lingüístico suscitado en Galicia lo exportaron la diputada y dirigente de UPyD, Rosa Díez, y la ex presidenta del PP vasco María San Gil, durante la campaña de las pasadas elecciones autonómicas, creando un estado de alarma al comparar la situación de Galicia con la de Euskadi.

Bermejo explicó a Servimedia que "el gallego no es el euskera; se entiende, lo habla mucha gente (en algunos sitios el pueblo entero), no es una lengua reconstruida en un laboratorio de filología y no tiene una banda terrorista detrás". "Meter el modelo vasco aquí no tiene ni pies ni cabeza, aquí la gente no se mata por la lengua", subrayó.

Este catedrático opina que "la postura más sabia" fue la de la ley aprobada por Manuel Fraga, que decretaba "tablas" al abogar por "mantener ambas lenguas y luego la Historia dirá".

En realidad, Bermejo cree que Fraga, "mucho más pragmático", mantuvo el modelo del gallego porque "pensaba que, de todas maneras, la Historia iba a acabar con el gallego".

Asimismo, cree que el actual presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, "se ofreció a quitar la ley" debido a las presiones de San Gil y Díez durante la campaña electoral, pero en el fondo "no la quiere quitar y piensa: ¡para qué abriría yo la boca!".

El catedrático de Santiago recordó que Núñez Feijóo "ya estuvo de vicepresidente con Fraga y ahí no había ningún problema", que "el PP es el partido con más gallego-parlantes, porque es el más rural", y que su presidente, Mariano Rajoy, habla en gallego cuando va a esta comunidad.

GALLEGO Y LATÍN

Bermejo da la razón al titular de Justicia, Francisco Caamaño, en que "al gallego hay que defenderlo jurídicamente, porque hay mucha gente que habla gallego y tiene derecho a ser educada en gallego y no perder su lengua", pero calificó de "absurda" la comparación que el ministro estableció entre el gallego y el latín, dado que "el latín no se extinguió; se convirtió en gallego por sus propios medios".

Sin embargo, señaló dos problemas: el primero, que "no hay un gallego, sino tres: uno que se quiere reconstruir según el portugués, otro que se quiere modelar según la lógica propia y otro mixto"; y el segundo, que los profesores de gallego "consideran que enseñar gallego es a la vez enseñar una doctrina política, que es el nacionalismo. Se consideran educadores de la patria y tienen actitudes intolerantes, como insultar a los niños que hablan castellano".

Frente a quienes predicen la extinción de alguna de las dos lenguas, Bermejo pidió "sentidiño, un poco de sentido común", no meterse en "líos que no hacen falta" y que los niños aprendan "gallego y castellano, porque si los segregas creas una conflictividad que hasta ahora no hay".

(SERVIMEDIA)
25 Oct 2009
KRT/caa