Refiriéndose a España, aseguró que la crisis muestra que “necesitamos nuevas bases para crecer y generar empleo, que hagan posible que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y las de sus familias con dignidad, seguridad y confianza en el futuro”. Pidió que “trabajemos cohesionados” con “espíritu constructivo, con confianza e ilusión”.

“Situemos a España en el lugar que le corresponde en ese nuevo mundo que se está configurando en los albores del siglo XXI” ya que es “nuestra responsabilidad”, reclamó.

Igualmente, don Felipe recordó que “España ha demostrado con creces cómo superar de forma ejemplar múltiples retos”. “Tengo plena confianza en la capacidad que tenemos los españoles para construir un futuro más sólido, de prosperidad y bienestar, que todos anhelamos”, añadió.

Para ello, “llevemos a cabo una reflexión colectiva, sincera y profunda sobre nuestros desafíos y prioridades, nuestras fortalezas y debilidades”.

“Hagamos ese camino sin esperar que sean otros los que resuelvan lo que nos corresponde afrontar y volquemos, en ese gran esfuerzo individual y colectivo, todas nuestra capacidad de emprender, de imaginar y de innovar”, señaló.

Además, el Príncipe de Asturias elogió el trabajo de cada uno de los galardonados “modelos supremos de esfuerzo sacrificado, de inteligencia, de nobleza, de espíritu de superación y de cuantas cualidades enaltecen a los seres humanos”, subrayó.

En esta edición los premiados fueron: Norman Foster (Artes), la Organización Mundial de la Salud (Cooperación Internacional), David Attenborough (Ciencias Sociales); Universidad Nacional Autónoma de México (Comunicación y Humanidades); Martin Cooper y Raymond Samuel Tomlinson (Investigación Científica y Técnica); Ismail Kadaré (Letras), Yelena Isinbayeva (Deportes) y la ciudad de Berlín (Concordia).