El texto, que ya fue aprobado por la Cámara de Representantes a comienzos de este mes, ampliaría la ley federal de 1968 sobre delitos de odio, que ampara a víctimas de actos delictivos motivados por su raza, religión o nacionalidad.

La normativa que el Senado acaba de aprobar brindaría protección en los casos en que la discapacidad, género u orientación sexual sean el móvil de la agresión.

Tan solo resta la firma del presidente Barack Obama, para que el proyecto de ley entre en vigor, lo que “dotaría al Departamento de Justicia y las autoridades de las herramientas necesarias para perseguir una de las formas de violencia más atroces motivadas por los prejuicios”, aseguró el fiscal general del Estado, Eric Holder.

Según un reciente estudio del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el riesgo de las personas con discapacidad de ser víctima de delitos violentos es un 50% superior al de las personas sin discapacidad.