Fernández Díaz hizo esta consideración en una rueda de prensa conjunta en Madrid con el consejero catalán de Interior, Felip Puig, con el que se reunió por espacio de una hora para analizar cuestiones relativas a la seguridad de Cataluña.

Durante esta comparecencia, el titular de Interior fue preguntado sobre si existe alguna novedad respecto a los tres etarras detenidos el pasado 15 de enero en Francia. Estos terroristas iban armados y llevaban consigo elementos para fabricar explosivos.

Según el ministro, el hecho de que estos terroristas fueran armados y llevaran material para fabricar bombas indica que “sus intenciones no eran precisamente pacíficas”. Por este motivo, afirmó que “no tenemos ninguna duda de que había una intención de reconstruir en un estado latente el aparato logístico de ETA”.

Aseguró que la capacidad operativa de la banda criminal está muy mermada, pero remarcó que “ETA no ha desaparecido, sigue existiendo”. Por este motivo, señaló que “el Estado de derecho no queda en suspenso ni está en tregua” por el hecho de que los etarras hayan anunciado el fin definitivo de sus atentados.

REDUCCIÓN DE ESCOLTAS

Por otra parte, el ministro confirmó que este martes tratará en su viaje al País Vasco sobre el asunto de la reducción de escoltas de personas que estaban protegidas por temor a atentados de ETA:

A este respecto, explicó que el “argumento fundamental” para plantearse la revisión de las escoltas personales “viene derivado de las circunstancias económicas”. Añadió que sobre este principio se va a estudiar una “adaptación de ese servicio a los momentos actuales”.

Añadió que “hay otras razones, pero la fundamental” es la económica. No obstante, también dejó claro que “antes que desarmar a los escoltas, tienen que desarmarse los etarras”, porque “ETA ha dicho que ha dejado definitivamente de actuar, pero lo queremos es que deje definitivamente de existir”.

En esta línea, el titular de Interior confirmó que se está exigiendo a comerciantes vascos dinero para el entramado etarra, algo que dijo que ratifica que hay que estar “vigilantes”, puesto que la organización terrorista “quiere mantener un aparato logístico en estado latente”.