En declaraciones en el patio de las que al final se apartaron el PNV, JxCat y el PDECat, pese a que se anunció que comparecerían todos juntos, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, justificó su “protesta para no avalar una infamia” porque “la mejor manera de no reconocer algo es no participar en ese algo”.

En su opinión, este año, al “Juan Palomo de siempre entre PP y PSOE” se han sumado esta vez los agravantes de que Unidas Podemos está en el Gobierno y de que aun así se ha avalado a candidatos con “posicionamientos terriblemente reaccionarios” como Enrique Arnaldo, en quien encarnó el “paradigma de la vergüenza de lo que está sucediendo ahí dentro”.

Desde la experiencia de gobierno de coalición de su partido en Cataluña, el portavoz de ERC en el Congreso advirtió a Unidas Podemos de que en este tipo de ejecutivos “de vez en cuando hay que plantarse”, porque aunque a veces haya que tragarse alguno sapos, “lo que algunos se están tragando aquí dentro clama al cielo”. A pregunta de los periodistas, sentenció que en UP “tenían fuerza suficiente para plantarse” y, frente a la prioridad que los tres partidos han dado al acuerdo, objetó que “el bien superior en la política y en la vida es la dignidad y la decencia”.

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, proclamó que su formación no iba a “participar en esta farsa, ejemplo bochornoso y muy evidente de lo que supone el reparto del poder a través de esa alternancia en el poder del bipartidismo”, pero que “esta vez se ha hecho más evidente por lo escandaloso” de las candidaturas de Arnaldo y Concepción Espejel, a quienes ligó respectivamente a la corrupción y “la persecución continua del independentismo vasco”.

Aizpurua puso en solfa que los tribunales como el TC dicen que no hacen política pero luego han intervenido en los conflictos políticos tumbando mayorías de los parlamentos catalán y vasco, sentenció que “no hay equilibrio ni independencia entre poderes” y terminó preguntándose si, cuando se renueve, “habrá también una Espejel y un Arnaldo en el Consejo General del Poder Judicial”.

Desde la CUP, Albert Botran diagnosticó que “el Tribunal Constitucional permanece como un tribunal altamente politizado” y que “lo seguirá siendo con esta forma de renovarse”, funcionando como “una cámara paralela a los poderes legislativos”, suspendiendo leyes de parlamentos como el catalán e incluso el Estatut. “Hoy el régimen del 78 se perpetúa con esta forma de renovar el Tribunal Constitucional”, concluyó, encomendándose a “continuar la lucha por la ruptura, la autodeterminación y la independencia”.

Finalmente, el diputado del BNG, Néstor Rego, dijo que no le “sorprende que el Partido Popular proponga estos candidatos reaccionarios y corruptos”, pero que el PSOE y Unidas Podemos “van a tener que dar muchas explicaciones” por haberles apoyado. En particular, barruntó que “las personas que apoyaron a Unidas Podemos no van a entender esta decisión” tras la cual los tribunales van a seguir emitiendo sentencias “claramente políticas”.