Según dijo Díez ante las puertas del domicilio madrileño en el que vivía Fraga, donde se encuentra instalada la capilla ardiente, Fraga fue un hombre “clave” en la Transición española y en la consolidación de la democracia. Su historia es “inseparable” de la de la España reciente, agregó.

“Cuando se escriba la historia con mayúsculas, para quien la lea sin la pequeñez ni la mediocridad con que a veces somos tratados en el corto plazo, se verá que fue un político con mayúsculas, un hombre apasionado, con perfiles, que no dejaba indiferente a nadie”, añadió.