Este portal atestiguó que España, con un salario medio de 2.244 euros al mes, es de los pocos países donde el precio medio de una residencia está por debajo del salario medio, por lo que el esfuerzo que supone pagar una plaza en uno de estos centros es inferior a otros países.

Noruega, Suecia y Países Bajos son los países con las residencias con precios relativos más altos tanto si se utiliza el salario mínimo o el medio como indicador.

Por un precio que oscila entre los 8.940 euros al mes y los 1.350 euros en la República Checa una persona está obteniendo una plaza en una residencia con servicio completo, atención en las actividades de la vida diaria las 24 horas de los 365 días del año y cierto apoyo sanitario.

Desde esta perspectiva, los países podrían agruparse en tres grupos: precios entre 6.000 y 9.000 euros al mes; entre 2.700 y 4.000 euros; y entre 1.300 y 2.000 euros.

Según ‘Inforesidencias.com’, el concepto “caro/barato” tiene que ver tanto con el precio del bien o servicio como con la capacidad económica de quien considere la compra, de suerte que “no es lo mismo pagar 3.000 euros al mes por vivir en una residencia si se ingresan 1.800 euros que 6.000 euros”.

Al dividir el precio de las residencias entre el salario medio para obtener lo que ‘Inforesidencias.com’ llama el ‘Índice IR’, que tiene como fin conocer el coste de uno de estos centros en comparación con los ingresos de una persona con índices de ingresos medios-bajos, siendo Alemania, con un IR de 1,01, el país que se utiliza como referencia.

De este modo, Noruega, con 2,29, marca el Índice IR más elevado, mientras que España, con 1,09, se sitúa en la parte baja.

Así pues, según ‘Inforesidencias.com’, “las plazas de residencias privadas en España tienen un precio bajo en comparación con otros países europeos”, una tendencia que “se mantiene también si se considera no sólo en términos absolutos sino en relación con la capacidad adquisitiva de los ciudadanos del país”.

Por último, este portal web se remite al estudio ‘El Precio Justo: lo que cuesta atender a una persona dependiente en un centro residencial’, en el que se expone que un cuidado de calidad a una persona dependiente no se puede realizar por menos de 2.030,46 euros, siendo recomendable que la cifra llegara a los 2.700 euros.

Por ello, concluyó que “el Gobierno ha destinado gran parte de dinero a la dependencia, pero todavía se necesita más financiación para abordar las diferencias territoriales o diferencias profesionales, por poner unos ejemplos”.