En rueda de prensa, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, apuntó hoy que la tasa de pobreza entre la población en edad de trabajar pasaría de un 21,7% a un 29,5% si se excluyeran las transferencias sociales, es decir, prestaciones por paro y subsidios.

Asimismo, Granado señaló que, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE de 2008, este porcentaje alcanzaría el 83,1% de los ciudadanos mayores de 65 años si se agotaran sus pensiones, lo que supondría un total de 6.126.600 jubilados por debajo del umbral de la pobreza.

En la actualidad, la tasa de pobreza española se sitúa en el 19,6% para el total de la población, un porcentaje que se reduce hasta el 15,5% si se tiene en cuenta la propiedad de la vivienda.

En el caso de los pensionistas, Granado subrayó que el porcentaje alcanza el 27,6%, aunque cae a casi la mitad (14,1%) si se tienen en cuenta la vivienda en propiedad. Esta reducción se explica por el hecho de que el 88% de los jubilados españoles tiene una vivienda en propiedad.

Asimismo, el secretario de Estado dijo que el sector de edad de los mayores de 65 años es el único que ha reducido de forma significativa su tasa de pobreza desde el año 2006, pasando de un 16,8% hace tres años a 14,1% en 2008.

Granado sostuvo que la situación en la que viven los jubilados españoles es “mucho mejor” que la media de la Unión Europea, ya que tienen un endeudamiento “mucho menor” (sólo un 1,2% tiene deudas), menos impagos (apenas el 0,2% tiene pagos pendientes en su tarjeta de crédito) y menos “problemas financieros” (el 85,4% de los hogares con un jubilado como persona de referencia no tienen préstamos).

Además, recordó que un 99,4% de los jubilados tiene un televisor en color; el 97,1%, un teléfono; el 98,6%, lavadora; el 59,4% coche; y el 32% tiene ordenador.

Para Granado, estos datos demuestran “claramente” que la política del Gobierno de subida de las pensiones mínimas “está contribuyendo a sacar de la pobreza” a mucho jubilados, y admitió que, en estos casos, “ayuda” el hecho de que tengan una vivienda en propiedad.

Por esta razón, aseguró que los jubilados “no serán un factor de agravamiento de la crisis”, al contrario, auguró que habrá familias con problemas que se “servirán de sus padres para superar la crisis”.