Las investigaciones comenzaron el pasado verano, cuando la Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad de Madrid ponía en conocimiento del Seprona que se había detectado la dispensación de recetas falsificadas en diversos puntos de la Comunidad. Así, se iniciaba una investigación, en la que se localizaron diversas denuncias de sellos médicos y de recetas, las cuales pertenecían en todas las ocasiones al régimen de pensionistas de la Seguridad Social.

El operativo culminó con la detención de 11 personas y la imputación de otra por su presunta implicación en delitos contra la salud pública y estafa. Además, en una segunda fase de la operación, otras dos personas, reincidentes en este tipo de delitos, fueron detenidas y han ingresado en prisión.

El método de actuación era en todos los casos similares. Alguno de los detenidos visitaba las consultas médicas, aprovechando cualquier descuido del facultativo para sustraer las recetas y los sellos médicos. Posteriormente, colocaba el sello y falsificaba la firma, utilizando incluso documentación falsificada que había sido previamente sustraída.

Por último, acudían a una farmacia, frecuentando lugares distintos para no llamar la atención y no ser descubiertos, y después de la adquisición de los medicamentos, estos eran destinados bien a consumo propio o, lo más habitual, a la venta entre sus conocidos. La red cobraba por cada sello, alrededor de 500 euros y por la venta de una receta falsificada, 30 euros.