No es la primera vez que Caixaforum, que abrió sus puertas hace poco más de medio año en el Paseo del Prado, organiza una muestra al aire libre. Obras de Igor Mitoraj o de Rodin precedieron a las de Manolo Valdés, que, antes de recalar en Madrid, estuvieron expuestas en Málaga, San Sebastián, Santander, Gerona o Cáceres.

Durante un mes, las figuras monumentales de Valdés se integrarán en el paisaje urbano para ser disfrutadas con luz o de noche, con sol o con lluvia. "Así podremos descubrir nuevas perspectivas de sus figuras, o incluso experimentar diferentes sensaciones según las diversas circunstancias en las que nos acerquemos a cada una de las moles de hierro y bronce que la creatividad de este artista valenciano ha transformado en iconos que evocan a otras grandes obras de arte", dijo Gallardón.

El alcalde propuso un diálogo imaginario entre las creaciones del escultor español, afincado en Nueva York desde hace más de una década, y alguna de las numerosas obras de arte que se acumulan en esta zona de la ciudad.

"Serían innumerables", dijo, "las conversaciones que se podrían entablar, pues precisamente nos encontramos en el punto de Madrid que concentra un mayor patrimonio artístico. Una de ellas podría ser el más que seguro interesantísimo coloquio entre Las meninas de Manolo Valdés y el original de Velázquez que habita a pocos metros, en el vecino Museo del Prado; o entre personajes mitológicos como la reinterpretación de Ariadna, realizada por el que fuera miembro fundador del Equipo Crónica, y el Neptuno creado en el siglo XVIII para embellecer el Salón del Prado".

Gallardón elogió la iniciativa de la Fundación La Caixa, que abandera la labor de acercar el arte a los ciudadanos y que confirma el carácter responsable y comprometido de la sociedad civil con la realidad en la que se desenvuelve.