Así lo comunicó este jueves la aerolínea fruto de la fusión de British Airways e Iberia a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El coste de la operación, cuyo pago se materializará íntegramente en efectivo, es de 172,5 millones de libras esterlinas (unos 206 millones de euros), aunque “el precio final está sujeto a reducciones significativas”, indicaron desde el grupo.

A través de esta adquisición la cartera de slots (derechos de despegue y aterrizaje) de IAG en el aeropuerto londinense de Heathrow se incrementará en hasta 56 pares adicionales de slots diarios.

Por otra parte, Lufthansa asumirá el déficit del esquema de pensiones de prestación definida de BMI.

Además, BMI se compone de tres unidades de negocio diferenciadas: BMI Mainline, BMI Regional y BMIbaby, y Lufthansa tiene la opción de vender las dos segundas antes de completar la operación.

Según IAG, habrá una “significativa reducción” del precio si Lufthansa finalmente no opta por vender BMIbaby antes de consumar la operación.

La operación implica un efecto aditivo en el beneficio por acción (BPA) que será efectivo no más tarde de 2014.

Mientras, el beneficio operativo previsto de 1.500 millones de euros en 2015 se incrementará en más de 100 millones de euros, con el consiguiente aumento del BPA.

Respecto al empleo, se asegura que “con la compra de BMI por parte de IAG se protegerán más puestos de trabajo británicos que si la aerolínea hubiera sido cerrada y sus slots en Heathrow hubieran sido vendidos”.

IAG pretende financiar la compra con recursos de su tesorería. Se adelantarán a Lufthansa 60 millones de libras esterlinas (unos 46 millones) del precio de compra en cuatro cuotas, con anterioridad a la consumación de la operación. Esta cifra estará garantizada por una parte de los slots de Heathrow de BMI.