Esta investigación ha analizado las 24 mayores empresas del sector en función de diversos criterios sociales y medioambientales, en una escala que va desde la calificación A+ (máxima posible) hasta la D-.

Según sus resultados, solo tres compañías han obtenido una B como nota global: BASF (Alemania); Praxair (Estados Unidos), y Linde Group, (también alemana).

La puntuación media del sector oscila en torno a la C, asegura el estudio.

Además sugiere que, aunque esta industria ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero de forma significativa durante los últimos años, todavía queda mucho por hacer en el ámbito de la seguridad de productos.

Para el director de investigación encargado del sector químico de Oekom, Oliver Rüdel, “la sustitución de compuestos tóxicos por otros más sostenibles es demasiado lenta” y además hay que seguir trabajando para reemplazar el petróleo y el gas como materias primas por elementos menos contaminantes.

Como ejemplo, este trabajo sugiere la fabricación de plásticos a partir de azúcar, celulosa o aceites vegetales.