Según WWF/Adena, estos bosques deben ser incluidos en la futura Red Natura 2000 de espacios protegidos de la UE, sin perjuicio de que se les asigne otras figuras de conservación.

Para Pablo Xandri, director de Conservación de la organización ecologista, "este estudio constituye la visión de conjunto más actualizada del estado de los bosques españoles e identifica, además, las carencias de protección de cada tipo de bosque".

Sólo el 7,5 por ciento de las masas forestales etán amparadas por algún tipo de protección, a pesar de que el 18,6 por ciento de la flora es endémica, lo que convierte a España en el segundo país más rico en especies vegetales únicas de la región mediterránea, sólo por detrás de Turquía.

Los incendios forestales, que cada año arrasan un 1 por ciento de la superficie forestal; el sobrepastoreo, la urbanización; el turismo incontrolado; la contaminación y la fragmentación del territorio, constituyen las principales causas de pérdida y degradación de osques en España.

Las formaciones más desfavorecidas son los melojares, ya que sólo un 2,21 por ciento de sus superficie cuenta con alguna figura de protección; los sabinares (2,25 por ciento), los quejigares (3,77 por ciento), los pinares carrasco (4,02 por ciento), las carballeiras (4,19 por ciento) y los pinares albares (4,46 por ciento).

Por el contrario, los pinsapares y quejigares andaluces disponen de una alta proporción de superficie protegida, que alcanza el 90 por ciento del total.

Según Raquel Gómez, responsable del Area de Bosques de WWF/Adena, las especies peninsulares de alto valor ecológico tampoco disfrutan de una buena situación.

"De las formaciones más importantes para el paisaje ibérico", dijo, "sólo un 4,7 por ciento de los encinares ostentan un buen estado de conservación, de los sabinares sólo el 6,91 por ciento son de alta calidad, el 7,18 por ciento de los pinares resineros y el 2,11 de los castañares".

Por su parte, Javier Maldonado, de la Unidad de Botánica e la Universidad Autónoma de Madrid, expresó su preocupación por el "bajo número de planes de ordenación y manejo de los espacios naturales actuales. Si esta falta de cumplimiento se traslada a la Red Natura 2000, esta iniciativa realmente extraordinaria podría quedar en una protección sobre el papel".