Según la ONG, alrededor de 100.000 personas se han visto damnificadas, y más de la mitad de ellas son menores de edad, precisó.

Asimismo, Save the Children mostró su gran preocupación por “los niños y niñas que hayan podido quedar separados de sus familias”.

Cientos de filipinos permanecen desaparecidos tras la tormenta y algunos informes señalan que la mayoría de los cuerpos encontrados corresponden amenores, destacó Save the Children.

“Los niños son propensos a llevarse la peor parte del desastre porque tienen menos capacidad de hacer frente a las inundaciones”, prosiguió, a lo que hay que añadir “el profundo miedo que sienten, que les pone aún más en peligro”, concluyó.