Ariznavarreta, quien recordó que la clausura de la planta tendrá consecuencia para todo el tejido industrial de la zona, explicó que aún no conoce el contenido del documento que hoy presenta en Miranda de Ebro (Burgos), el director general de Industria, Jesús Candil.

Sin embargo, insistió en la postura del Gobierno regional contra el cierre de la central, ya que la decisión no responde a criterios de seguridad nuclear y va a suponer la pérdida de 1.000 empleos directos. “Un capricho muy costoso que ni esta comunidad autónoma ni el país se pueden permitir”, aseveró.