Así lo defendió en una entrevista en La 1 recogida por Servimedia, en la que puntualizó que, como consecuencia de la pandemia y la posterior reapertura económica, la demanda “se ha disparado”, si bien la oferta “se ajusta mucho más despacio”.

“Por lo tanto, se produce una subida de precios, se produce una tensión a nivel mundial que tiene que ver con las cadenas logísticas y con que las plantas que van produciendo han estado un año paradas en muchos casos”. “Volver a producir es un proceso más lento", añadió, consciente de que, "eso, además, permite que haya algunas empresas que estén aprovechando la situación para incrementar los márgenes de beneficio”.

Tras reiterar que “no hay un problema de esas características” en el país, en referencia a un posible riesgo de desabastecimiento, subrayó que, “lo que hay es un problema de un crecimiento de precios y una tensión" que, "en principio, según todos los organismos internacionales y según uno debe esperar por la teoría económica, es temporal”.

“Eso es lo que estamos empezando a visualizar”, explicó, convencido de que, “en el momento" en el que la producción “se vuelva a situar en unos niveles normales de funcionamiento, de capacidad productiva, todo debería volver a cierta normalidad”, eso sí, con la posible “excepción” de aquellos sectores que se vean “tensionados” por factores como el cambio climático o producciones como la del café, que, dijo, “pueden tener otro tipo de dinámicas”.

PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS

En este punto, consideró “importante” el hecho de “remarcar” que en España “no existe ningún tipo de problema” a este respecto, convencido de que, “muchas veces, muchos de estos procesos tienen que ver con lo psicológico y con lo que se llaman en economía profecías autocumplidas”.

“Todo el mundo cree que va a pasar y, por lo tanto, actúa como si pasara y pasa finalmente por ese funcionamiento”, destacó, para, a continuación incidir en la importancia de que “eso se neutralice desde el principio, porque no existe ningún problema de desabastecimiento”.