Coalición

La fría relación de Calviño y Díaz evidencia las diferencias pese a la normalidad que trata de trasladar Moncloa

Trujillo (Cáceres)
SERVIMEDIA May Mariño, enviada especial

La fría relación entre las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz acaparó este jueves la atención de los periodistas en Trujillo (Cáceres) durante la celebración de la Cumbre hispano-portuguesa, y evidenció que las diferencias en el seno de la coalición por la reforma laboral no han quedado resueltas pese al acuerdo metodológico alcanzado el miércoles y al empeño de Moncloa por mostrar normalidad.

En público no se vio conversación alguna entre la ministra de Economía y la titular de Trabajo pese a los intentos desde La Moncloa de mostrar sintonía entre ellas con imágenes de las dos en un desplazamientos entre escenarios de la cumbre.

Desde La Moncloa se encauzó la distribución de las imágenes de ambas durante la cumbre y, a diferencia de otras ocasiones, solo los medios oficiales estuvieron en el saludo inicial de las dos delegaciones.

Pero la poca relación entre ellas fue comentario incluso entre ministros presentes en la delegación española, que admitían que no se llevan especialmente bien pero subrayaban que la coalición resiste y expusieron el “ejemplo” de Portugal, donde las diferencias de las fuerzas de izquierda pueden llevar a la convocatoria de elecciones.

Entre el acto de firma de los acuerdos entre España y Portugal y la posterior rueda de prensa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del primer ministro portugués, Antonio Costa, los ministros conversaban entre sí y, en algún momento todos hablaron con todos menos Díaz y Calviño. La ministra de Trabajo, que a veces pareció que se quedaba sin interlocutor, sí habló rato con el titular de Interior, Fernando Grande Marlaska.

En este contexto, se percibió cómo Sánchez intentó tener el mismo trato con ambas, y se le vio entablar conversación tanto con Calviño como con Díaz.

Incluso por la mañana, en la línea de saludos al inicio de la cumbre, Sánchez dedicó el mismo gesto a cada una de las dos vicepresidentas, saludando con una mano en el pecho y un toque familiar en el brazo. Pero la ministra de Trabajo respondió con una breve caricia en la cara, según se podía ver en las imágenes distribuida por La Moncloa.

Al final de la cumbre, el presidente y Calviño se hicieron entre risas un ‘selfie’ con Costa y un miembro de la delegación portuguesa. Después, Sánchez intercambió unas palabras con Díaz antes de cerrar la cumbre con la foto de familia.

(SERVIMEDIA)
28 Oct 2021
MML/clc