Asens formuló este juicio en una entrevista en Rne recogida por Servimedia, horas después de que el PSOE y Unidas Podemos finalizaran su reunión sin avances acerca de la gestión y contenido de la reforma laboral. Comenzó afirmando que “no” hay riesgo de ruptura y que “la coalición goza de una buena salud”, y que “hay que normalizar esas tensiones”.

Sin embargo, afeó al PSOE que “no se pueden cambiar las reglas del juego a mitad del partido a favor de la patronal”, cuando “después de siete meses de negociación con los agentes sociales el acuerdo era inminente”. En esa línea, pronosticó que “falta muy poco para llegar a ese acuerdo” y lo contrapuso a otras “batallas (en las) que nos ha costado más arrastrar al PSOE a nuestras posiciones”.

“No podríamos entender que se hicieran pasos atrás”, atestiguó Asens, y de hecho por eso interpretó que “al PSOE le da miedo, está nervioso ante la popularidad del liderazgo de Yolanda Díaz”. Por tanto, cree que “lo que hay es voluntad de cambiar a la persona que ha traído los ERTE, el escudo social; cambiarla para para poner a otra persona como (la vicepresidenta primera y ministra de Economía) Nadia Calviño”.

“Creemos que es más eso que una voluntad real de deshacer los pasos que se han hecho”, sintetizó. Más tarde fue más explícito al atribuir motivaciones electoralistas al PSOE. “Ya hemos pasado el ecuador de la legislatura y empieza a a hacerse evidente que en el horizonte hay unas elecciones”

“El trabajo ya está hecho. Ese cambio súbito al final del partido es un cambio sorprendente. No queremos pensar que detrás de eso hay una voluntad de deshacer el acuerdo”, insistió. “Es más una cuestión de visibilidad pública que una voluntad real de ir en dirección contraria a la que se ha ido hasta ahora. No se dan las condiciones para hacer un cambio de rumbo”.

Asens recordó que la derogación está en el acuerdo de gobierno y que la UE pide acabar con la temporalidad y la precariedad, y subrayó que, “sería deseable que los empresarios y la patronal estampen su firma en ese acuerdo”, pero que “no es condición sine qua non”, como ya ocurrió con el salario mínimo. No obstante, aseguró que “estamos cerca de un acuerdo con todos los agentes sociales”.