2008 SE SITÚA COMO SEGUNDO AÑO DE LA DÉCADA CON MÁS MUERTES EN EL PLANETA, CON 225.000 PERSONAS FALLECIDAS
- Por detrás del 2004 del "tsunami"
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Un total de 225.842 personas perdieron la vida en el mundo el año pasado como consecuencia de diferentes desastres, lo que convierte a 2008 en el segundo año más mortífero en lo que va de la presente década, sólo por detrás del 2004 del "tsunami" ocurrido en el oceáno Indico.
Así se desprende del "Informe Mundial sobre Desastres 2009", hecho público por la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
La explicación para el alto número de víctimas mortales de 2008 hay que buscarla en dos desastres: el ciclón "Narguis", que dejó un saldo de 138.366 muertos en Myanmar, y el terremoto de Sichuan, que se cobró 87.476 vidas en China. Ambos desastres contabilizaron el 93 por ciento del total mundial de muertos en desastres durante 2008.
No obstante, durante 2008 se registraron menos desastres que en cualquier otro año de la década anterior: 326 desastres naturales y 259 desastres tecnológicos.
El número de damnificados por catástrofes naturales (213 millones) fue similar al de otros años e inferior a la media de la década: 270 millones. Más de un tercio de esa cifra obedece a las rigurosas condiciones invernales que aquejaron a varias provincias chinas.
Para hacer frente a esta situación, y teniendo en cuenta además la crisis económica mundial, la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja insta a los organismos de socorro en caso de desastres que se centren en medidas de prevención eficaces en función de los costos más que en onerosas intervenciones.
Asegura que frente a la incertidumbre que pesa sobre los presupuestos de ayuda en pleno deterioro de la economía mundial, un enfoque relativamente nuevo de la labor de socorro, denominado "Alerta temprana, acción temprana", contribuirá a salvar más vidas por dólar.
Según la edición 2009 de este informe, en términos de impacto humanitario, el dinero público vale cuatro veces más si se gasta en medidas de preparación antes de que sobrevengan los desastres, y no en costosas intervenciones posteriores.
Por estas razones, la federación ve preciso incrementar el trabajo con las comunidades antes de que estalle una crisis o sobrevenga un desastre, en lugar de hacerlo después, ayudando a los implicados a tomar medidas para reducir al mínimo las pérdidas humanas y materiales.
(SERVIMEDIA)
16 Jun 2009
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