Entre los objetivos de la denominada "Operación Ancla" figuran garantizar el normal desarrollo de los actos y competiciones y crear un ambiente de seguridad mediante medidas preventivas y disuasorias que propicien la disminución de la delincuencia común y la anulación del riesgo de posibles acciones terroristas.

Igualmente, los agentes se ocuparán de dar cobertura de seguridad a deportistas, personalidades, instalaciones e itinerarios, así como de vigilar los objetivos de especial interés de la ciudad.

La mayoría de los agentes desplazados a Almería pertenecen a las unidades de Intervención Policial, alrededor de 750, aunque también intervienen policías de las unidades de Subsuelo, Caballería y Guías Caninos, así como del Servicio de Helicópteros y del Grupo Especial de Operaciones (GEO), junto a funcionarios de Policía Científica, Policía Judicial, Extranjería y de la Unidad Central de Protección, entre otros.

Entre los efectivos que cubrirán los actos destaca también la participación de agentes en prácticas del Cuerpo Nacional de Policía, aproximadamente unos 411.

Los Juegos del Mediterráneo de Almería acogerán a más de 5.000 atletas de 21 países y en su desarrollo participarán unas 15.000 personas.