Este consorcio, formado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), y las asociaciones de consumidores UCE, OCU, Ceaccu y Unae, ha organizado en España la campaña y presentó hoy el balance de su primera fase.

En nuestro país, la Campaña de Seguridad Alimentria ha ido dirigida especialmente a los jóvenes estudiantes de 12 a 16 años, para lo que han colaborado 8.000 centros de enseñanza, folletos, carteles y un vídeo explicativo, del que se han repartido 15.000 copias.

El mensaje de la campaña es que la seguridad alimentaria es una responsabilidad compartida entre los diversos agentes de la cadena de producción, distribución y consumo, resumido en el lema "Infórmate y exige".

En esta cadena juega un papel fundamental el etiquetado, que debe ser verazpor ley, porque es la principal fuente de información para el comprador.

En Bruselas se ha valorado muy positivamente el diálogo conseguido entre las empresas alimentarias y las organizaciones de consumidores españolas, entendimiento que sólo ha tenido parangón en Francia. En otros países europeos se han alcanzado acuerdos de colaboración para llevar a cabo la campaña sólo entre alguna empresa y algunas asociaciones de consumidores, y en la mayoría fabricantes y consumidores han sido incapaces de trabjar juntos en favor de la seguridad alimentaria.

Este éxito de España ha servido para que la UE apruebe una segunda fase de la campaña, a desarrollar entre abril y noviembre de este año, que constará de cuatro apartados.

En primer lugar, se celebrarán mesas redondas con la participación de medios de comunicación sobre "Mitos y realidades en seguridad alimentaria"; se elaborará un "Cuaderno del profesor" para ser utilizado en el área educativo transversal "Educación para el consumo"; también se reartirá un folleto informativo sobre aquellos aspectos que más desconfianza inspiran a los ciudadanos (alimentos transgénicos, por ejemplo), y se programarán charlas dirigidas a universitarios.