Tras esta votación, la primera en la que el PP se queda solo desde que está en el Gobierno, se procedió a votar la tramitación como proyecto de ley de dicho decreto, que fue refrendada por 313 votos a favor y una abstención.

A la votación asistieron siete ministros del Gobierno, además de Aparicio. Rodrigo Rato (Economía), Cristóbal Montoro (Hacienda), Miguel Arias Cañete (Agricultura), Federico Trillo (Defensa), Jesús Poada (Administraciones Públicas), Francisco Alvarez-Cascos (Fomento) y Celia Villalobos (Sanidad) acompañaron al titular de Trabajo y Asuntos Sociales con su voto a favor de la reforma.

El debate, que duró casi cuatro horas, arrancó con un mensaje de apoyo de seis diputados de IU a la huelga general. Gaspar Llamazares, Felipe Alcaraz, Francisco Frutos, José Luis Centella, Antero Ruiz y Marisa Castro iniciaron el Pleno en pie y sujetando un cartel que rezaba "20 de junio. Huelga general".

El ministo de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, inició su intervención criticando esta actitud y aseguró, citando a Samuel Beckett, que "a falta de argumentos, nada como una buena escenografía".

Aparicio defendió que la reforma trata de mejorar la capacidad de los Servicios Públicos de Empleo para ofrecer puestos de trabajo a los desempleados y persigue ampliar la cobertura por desempleo a colectivos hasta ahora desprotegidos.

"Es una reforma necesaria y positiva", frente a la cual se ha cnvocado una huelga "que lesiona las expectativas de recuperación" de la economía. El paro del 20-J "es un perjuicio, no ya al Gobierno de la Nación, sino a la Nación entera", dijo el ministro, antes de recordar que la convocatoria de la huelga fue previa a la aprobación del decreto.

Aparicio destacó que esta reforma "se hace desde la suficiencia financiera" del Inem, que cuenta con un superávit de más de 3.000 millones de euros. Otros, prosiguió el ministro en referencia al PSOE, "quizá prefieran espear a momentos de crisis como los de 1992, cuando se hicieron auténticos recortes" al reducir las prestaciones y "endurecer" las condiciones de acceso a las mismas.

El titular de Trabajo y Asuntos Sociales preguntó a los diputados "cómo se puede rechazar" la bonificación a 600.000 mujeres paradas susceptibles de ser madres; el que los mayores de 52 años compatibilicen salario y subsidio, o el que se den ayudas "que antes no existían a la movilidad geográfica".

LO PEOR DE LO PEOR

El portavoz de Eonomía del PSOE, Jordi Sevilla, que a lo largo de su intervención enseñó un cartel anunciando la huelga general, criticó al Gobierno que antes, cuando los sindicatos firmaban acuerdos, se les considerara "tan buenos", y ahora, que rechazan las reformas y convocan una huelga, "sean lo peor de lo peor".

Sevilla tildó de "reacción infantil de un niño enfadado" las palabras del presidente del Gobierno, José María Aznar, en las que señalaba que la huelga se hacía para "jorobar" a España. "Si todo es tan buno como dicen sus anuncios, ¿qué hacemos aquí discutiendo este decretazo?", indicó.

El dirigente socialista acusó al Gobierno de "perjudicar a España, a los españoles y al futuro" con su reforma. "Nadie entiende por qué han metido al país en este berenjenal", añadió.

Sevilla ofreció al Gobierno y al PP el apoyo de los socialistas si deciden retirar la reforma. "Si paran esto tendrán al PSOE de su lado", afirmó el diputado del PSOE, que concluyó que el PP "se ha quedado solo hoy en la Cámara, y el20 de junio lo estará en todo el país".

Aparicio recordó a Sevilla que cuando ocupó alguna responsabilidad en los gobiernos del PSOE, entre 1993 y 1996, bajó la tasa de ocupación, subió la temporalidad, subió el paro. "Su modelo de temporalidad no es el que necesitan los trabajadores", concluyó el ministro.

Por parte de IU, su coordinador general, Gaspar Llamazares, acusó al Gobierno de cargar "la salida de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores con medidas de tamaña dureza" como las cotempladas en el decreto.

"No estamos locos, sabemos lo que queremos", dijo Llamazares citando una canción de Ketama, para anunciar que "apoyamos la convocatoria de huelga, vamos a participar en la huelga, defendiendo el derecho de los trabajadores a la huelga".

Aparicio le replicó que él no tiene interés "en calentar o caldear el ambiente, porque la sociedad no demanda ni crispación ni conflicto". El ministro pidió a Llamazares que no deslegitime la aprobación de una norma por decreto, ya que la uelga se puede hacer gracias a un decreto de 1977, "preconstitucional".

ABSTENCION DE CiU Y CC

El portavoz de Política Social y Empleo de CiU, Carles Campuzano, indicó que la aprobación del decreto fue "una decisión precipitada", que respondía a la convocatoria de huelga, pero que ha servido para "reforzar" el paro.

CiU, que justificó su abstención por la falta de debate y consulta previa que el Gobierno había tenido con los grupos parlamentarios, lamentó tomar esta decisión, "pero no nos puede pedir que les acompañemos".

Campuzano abogó por que, tras el 20 de junio, se recupere el diálogo social y advirtió que CiU "se niega a tener que escoger entre el decreto y la huelga".

Mientras, el diputado de Coalición Canaria José Carlos Mauricio resaltó que de los 2,5 millones de parados que hay en España, más de medio millón están trabajando en la economía sumergida, razón por la cual no aceptan los empleos que les pueda ofrecer el Inem.

El diputado canario expresó la voluntad de su formción, secundada también por CiU, de apoyar finalmente el proyecto de ley si el PP acepta las propuestas de estas formaciones.

Mauricio pidió a Gobierno y sindicatos que no jueguen a ganar este partido. "No se puede ganar, es mejor el empate, porque si se va a ganar, al final van a perder los dos", explicó.

Desde el PNV y las formaciones que integran el Grupo Mixto (BNG, Partido Andalucista, Eusko Alkartasuna, Chunta Aragonesista e Iniciativa Per Catalunya) se hizo hincapié en los recortes que se ncluyen en el decreto y se lanzaron mensajes de apoyo expreso a la huelga general, como los de Joan Saura (IC) o José Antonio Labordeta (CHA).

El portavoz de Empleo del Grupo Popular, José Eugenio Azpiroz, defendió la reforma y, abundando en el símil futbolístico, invitó a las fuerzas políticas "a trabajar todos en el mismo equipo para ganar el objetivo del pleno empleo".