Se trata de un programa pionero en toda Europa que convierte a veinte farmacias vascas -doce en Vizcaya, seis en Guipúzcoa y dos en Álava- en las primeras del continente, según el Gobierno autonómico, que pondrán en marcha un "test rápido" del VIH cuya fiabilidad es casi del 100%, siempre que hayan transcurrido tres meses desde la práctica de riesgo.

La iniciativa ha sido promovida por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco y cuenta con la colaboración del Consejo de Farmacéuticos del País Vasco, así como de los Colegios profesionales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.

Según el presidente del Consejo de Farmacéuticos del País Vasco, Iñaki Navarro, la incorporación de las farmacias al "test rápido" conllevará dos grandes ventajas: la fácil accesibilidad y el anonimato.

Con esta medida se pretende conseguir que aquellas personas seropositivas que ignoran que están infectadas puedan conocer su situación y ponerse en tratamiento si lo necesitan. El test costará cinco euros, el valor del material utilizado.

El anonimato constituye una de las principales bazas de la campaña, ya que el solicitante del test acude a una oficina de farmacia sin necesidad de identificarse.

Mediante una punción realizada allí mismo, se extrae una gota de sangre y se deposita en una tira reactiva, semejante a la empleada para otras prácticas diagnósticas. En quince minutos podrá tener el resultado.

Sólo se les exige firmar un consentimiento informado, sin identificación alguna. En caso de que el test sea positivo, el farmacéutico se pondrá en contacto con el centro de referencia de Osakidetza (sanidad vasca), para que ese mismo día o al día siguiente el paciente sea atendido y se pueda confirmar el posible positivo.