Tras la derrota electoral, Bono dijo a los periodistas que asistieron el acto de colocación del busto de Manuel Azaña en la Cámara Baja que éste no es momento de "reproches" ni de "ajustar cuentas" con el que ha sido candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba. "Es el momento de buscar soluciones", indicó.

Para afrontar esta nueva etapa se necesita, en su opinión, un líder "sin complejos territoriales, ni de edad, ni de clase... Alguien moderado, no dogmático y que sea español sin complejos, que no le de vergüenza decir ¡viva España!" al finalizar el cónclave socialista de febrero.

Sobre la posibilidad de que Carme Chacón pueda aspirar a la Secretaría General del Partido Socialista desde su liderazgo en el PSC, Bono dijo que durante años muchos líderes socialistas calanes se han empeñado en transmitir que "no son el PSOE". "¿Se puede presidir el PSOE sin formar parte de él?", se preguntó el presidente del Congreso.

Para liderar el PSOE, argumentó Bono, como para ser obispo "no hace falta llevar sotana, hace falta creer en Dios", y en el caso del Partido Socialista es necesario que su muevo secretario general se crea "que puede ganar".

En ese sentido, defendió poner "en valor la experiencia" y no orillar a nadie porque haya cumplido años al servicio de partido, aunque tampoco concibe que no se dé entrada a dirigentes jóvenes como los alcaldes de Soria o Toledo, "gente que gana y que nos puede explicar cómo se gana".

Sobre su futuro personal, Bono aseguró que va a abandonar la primera línea de la política, aunque está dispuesto a "ayudar a quien me lo solicite". Pero sobre todo, asegura que va a decir lo que piensa con libertad.

En cuanto a las palabras del exvicepresidente Alfonso Guerra, que criticó la "política del naufragio" del Gobierno socialista, dijo que probablemente sus afirmaciones tenían "tono de broma" porque en el 35 Congreso del PSOE "Guerra apoyó a Zapatero" como secretario general.