La gravedad de esta enfermedad se pone de manifiesto, en opinión del doctor Honorato, al comprobar que un 20 por ciento de los pacientes fallecidos en las Unidades de Cuidados Intensivos murieron a consecuencia de una neumonía.

Los especialistas encuentran una gran dificultad en el diagnóstico de la enfermedad, a que en algunas ocasiones presenta cuadros clínicos muy confusos.

El tabaquismo y el frío son dos factores que propician el aumento de las secreciones pulmonares y, por lo tanto, son buenos caldos de cultivo para los gérmenes causantes de la neumonía, según el experto navarro.

Otros grupos especialmente afectados por esta patología, además de niños y ancianos, son los drogadictos, enfermos de cáncer, pacientes inmunodeprimidos y otros enfermos que sufren infecciones crónicas.

La sintomatoloía más frecuente es la aparición de fiebre alta, tos, espectoración, postración y disnea, aunque la vertiente atípica de la neumonía no muestra unos rasgos tan claros, lo que aumenta el riesgo de una complicación en la evolución del paciente.

ANTIBIOTICOS

El tratamiento con antibióticos es el método más eficaz para acabar con las neumonías, aunque la aparición de algunos gérmenes nuevos y las resistencias desarrolladas por los ya conocidos frente a estos fármacos ha fomentado la investigación en el ampo de los antimicrobianos.

"En este sentido", aseguró el doctor Honorato, "contamos con nuevas moléculas que hacen posible que un tratamiento sea más eficaz en cada uno de los casos".

Los fármacos más desarrollados y utilizados para atacar a las neumonías son los macrólidos, las penicilinas, las cefalosporinas y las minolonas, según el farmacólogo.