Rubalcaba compareció hacia las diez y cuarto de la noche, cuando estaba escrutado el 84% de los votos, que otorgaban 187 escaños al PP y apenas 110 al PSOE, su peor resultado en democracia.

Compareció solo y sin preguntas de los medios de comunicación, arropado por los pocos cientos de militantes que quisieron compartir la derrota, y ya al final de su intervención se acercaron a él algunos miembros de su equipo, que habían permanecido discretamente a un lado.

Estaba su mujer, Pilar Goya; también la coordinadora de su campaña electoral, Elena Valenciano; el secretario de Estado Diego López Garrido; el responsable de la Fundación Ideas, Jesús Caldera; y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.

No estaba, sin embargo, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, pese a que había seguido junto a Rubalcaba en la sede federal los resultados de las elecciones.

Rubalcaba reconoció sin tapujos que el PP había ganado “ampliamente” las elecciones y felicitó públicamente al partido y a su candidato, Mariano Rajoy, con quien había hablado personalmente para desearle “suerte en la importante responsabilidad” que asume con su victoria.

La amplia participación demuestra “la fortaleza de la democracia en la sociedad española”, dijo Rubalcaba, consciente de que el PSOE ha perdido “claramente” pese a obtener el respaldo de unos siete millones de votantes en unas circunstancias “especialmente difíciles” para España “y para quienes hemos tenido la responsabilidad de gobernar en la peor crisis económica que hemos conocido”.

Agradeció “de corazón” ese respaldo y aseguró que el PSOE estará “a la altura de esa confianza”. Liderará la oposición como han querido los ciudadanos de acuerdo a su “identidad política, a nuestros valores y convicciones”, con sentido de la responsabilidad y comprometido con el interés general.

“Vamos a trabajar con todas nuestras fuerzas para conseguir la recuperación económica y el empleo”, dijo Rubalcaba, y para que la lucha contra la crisis “no signifique pérdida de los derechos y las seguridades básicas” conquistadas con esfuerzo, “que cohesionan la sociedad y protegen a todos los españoles”.

Por ello, el PSOE seguirá defendiendo los servicios públicos universales, la igualdad, las libertades y los derechos civiles, y también una Europa “a la altura de las difíciles circunstancias” actuales, que responda unida y eficazmente a la crisis, reforzando la solidaridad y tomando las decisiones “que necesitamos para impulsar el crecimiento”.

A pesar de la dura derrota de estas elecciones, Rubalcaba se mostró convencido de que el PSOE mantiene su “profundo arraigo” en la sociedad, su solidez institucional y su vocación permanente de representar a la mayoría, y por eso inicia ya “el camino para recuperar” esa mayoría.

Por ese motivo trasladó a Zapatero su “convicción” de que es necesario que ese congreso ya previsto para antes del verano se celebre “lo antes posible” dentro de los plazos previstos en los estatutos, es decir, como muy pronto sesenta días después de ser convocado.

Según los estatutos, ese congreso debe ser convocado por el Comité Federal, que podría reunirse en los próximos días a partir de una propuesta de la Comisión Ejecutiva que se reunirá el lunes para analizar los resultados.

Rubalcaba concluyó su intervención, sin preguntas de los medios de comunicación, reconociendo y agradeciendo el trabajo de los militantes, de los trabajadores del PSOE, de los interventores y apoderados, y de su equipo.