Según apuntó, “se precisan con urgencia 62 millones de dólares (45,67 millones de euros) hasta finales de noviembre” para atender todas las necesidades identificadas y continuar el trabajo en nutrición y salud hasta principios de 2012.

Unicef mostró también su satisfacción ante la reducción de la hambruna, que si bien se mantiene en Medio Shabelle y en las áreas de desplazados de Afgoye y Mogadiscio, ha remitido al grado de emergencia en Bay, Bakool y Bajo Shabelle.

Es gracias a la generosidad de donantes de todo el mundo como se ha conseguido reducir el hambre, resaltó.

Con todo, advirtió de que los índices de desnutrición y de mortalidad infantil siguen muy por encima de los niveles de crisis, y de que la actual temporada de lluvias provocará la proliferación de enfermedades hacia mediados de enero.

"Que nadie se equivoque sobre la actual situación, la vida de los niños sigue en peligro inminente” y hay cuatro millones de personas que todavía necesitan ayuda para sobrevivir, subrayó.

De ahí el llamamiento de Unicef a “la generosidad de los donantes”, a fin de acabar con la hambruna en las zonas donde aún existe y consolidar los logros alcanzados.