Rubalcaba desplegó este lunes una intensa actividad electoral con seis actos, cinco de ellos en Galicia y el último en el pabellón As Travesas en Vigo, la ciudad donde, explicó, decidió optar a la candidatura a la Presidencia del Gobierno después de un mitin en el que sintió “lo mismo que estoy sientiendo hoy, cariño y apoyo”.

Sus siguientes palabras fueron para respaldar a José Blanco en su tierra, de donde han salido las acusaciones que se investigan en el llamado “caso Campeón”.

Sin referirse a ese caso, el candidato elogió su gestión y se dirigió a él como “el mejor ministro que ha tenido nunca Galicia, el mejor”, además de un “compañero de fatigas durante diez años, y los que te quedan”.

Su mensaje en el mitin fue el de toda la campaña, “yo no soy Rajoy, no somos lo mismo”, es más, en lo que a derechos individuales y libertades públicas se refiere, “somos antagónicos, retroceso frente a avance”.

Reiteró que la obligación de un candidato a gobernar, y más en tiempos de crisis, es “decir la verdad” a los ciudadanos sobre lo que piensa hacer, “no esconderlo debajo de la mesa ni camuflarlo con frases extrañas”, algo que el PP hace simplemente porque “si cuenta lo que piensa, se quedaría sin votos”.

No son lo mismo tampoco al definir medidas para salir de la crisis, porque su apuesta es “tener el valor” de decir en Bruselas que sólo con ajustes no se supera la crisis, que Europa debe invertir en políticas que estimulen el crecimiento y la creación de empleo. Hay que defenderlo, insistió, “yo lo he hecho muchas veces, Rajoy no lo hará porque nunca lo ha hecho, nunca se ha enfrentado a nada”.

Rubalcaba celebró que en esta campaña está “peleando”, como dice su lema electoral, todo el partido, “todas las generaciones, los jóvenes socialistas y los veteranos, porque es mucho lo que hemos hecho y mucho lo que nos jugamos”, y mencionó expresamente a “Felipe (González), Alfonso (Guerra), José Luis (Rodríguez Zapatero) y Pepe (Blanco)” como ejemplos de ese legado.

La cabeza de lista al Congreso de los Diputados por la provincia, Carmela Silva, aprovechó los nueve años que se cumplen de la catástrofe del Prestige para recordar a Mariano Rajoy como el de los “hilillos de plastilina”, y setenció que los progresistas no pueden dejar “pasar” a la derecha. “No pasarán”, aseguró.