Final de ETA

Marlaska reivindica “la deslegitimación social” del terrorismo “para que no quede rastro de justificación alguna de sus crímenes”

- Reitera, en respuesta a Otegi, que en un Estado de Derecho “no hay contraprestaciones que vulneren la ley”

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reivindicó este miércoles “la deslegitimación social del terrorismo pasado, presente y futuro para que no quede rastro de justificación alguna de sus crímenes”, y subrayó la ”obligación" de los poderes públicos de preservar la memoria de las víctimas y su “ejemplo de dignidad”.

Lo dijo durante su participación en Vitoria en un homenaje a víctimas de ETA cuando se cumplen diez años del anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de la banda terrorista. En el acto intervinieron también Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, así como Dori Monasterio y Alberto Muñagorri, víctimas de la banda.

Inició sus palabras reconociendo la “falta de sensibilidad” de la sociedad ante las víctimas en los primeros años de terrorismo de ETA, y llegó a hablar en primera persona para reconocer que algunos “tardamos mucho en involucrarnos personalmente”.

El ministro incidió en que el terrorismo de ETA fue “una embestida frontal” al Estado de Derecho y supuso una de las más graves violaciones de los más fundamentales derechos inherentes al ser humano. Frente a ello, expresó el “firme compromiso” de preservar la memoria de las víctimas, la “obligación de no olvidar” y de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de “no bajar nunca la guardia en defensa de la libertad y de los derechos humanos”.

Dado que el tiempo a veces desvirtúa el sentido de las palabras, diez años después del cese de la violencia por parte de ETA, el ministro quiso recordar lo que significan esas siglas, “más de medio siglo de irracional violencia terrorista, más de 2.500 atentados, más de 850 personas asesinadas, miles de heridos, 82 personas secuestradas, innumerables víctimas indirectas y daños materiales en cuantía incalculable”, unas cifras, precisó, que “no describen un horror que es muy difícil de narrar”.

El ministro se incluyó entre quienes sufrieron no solo “el zarpazo” de ETA sino la “opresión silente y asfixiante” de sus apoyos políticos y sociales", y aseguró que fechas como la de hoy obligan a un ejercicio “desgarrador pero siempre necesario”, recordar ese día y reiterar que la banda fue vencida “por la fortaleza del Estado de Derecho”, en lo que fue “el mayor logro de la democracia española”.

ETA, dijo, fue “solo violencia irracional” y su cese fue en realidad “una derrota sin paliativos, porque no alcanzó ninguno de sus objetivos políticos”. La banda terrorista “se vio obligada a dejar de causar dolor por la presión" en todos los frentes, y por ello quiso reconocer el sacrificio de los servidores públicos y ciudadanos que defendieron el Estado de Derecho y también a quienes “promovieron movimientos pacifistas que sacaron a la calle el rechazo de la violencia y que nos hicieron a muchos tomar conciencia”.

LABOR “SOSTENIDA” CONTRA ETA

El titular de Interior subrayó que la “capitulación” de ETA no puso fin a la lucha del Estado contra el terrorismo, y como prueba de ello detalló que en los últimos años han sido detenidos 241 terroristas en una labor “sostenida, inalterable", que ha permitido también descubrir 35 zulos de armas y explosivos, e intervenir 362 armas, 900 kilos de explosivos, 6.000 cartuchos y 3.100 detonadores y otros elementos.

El gran reto pendiente, añadió, es resolver los crímenes aún no esclarecidos, un objetivo en el que “no escatimamos esfuerzo alguno porque nos duelen y nos motivan por igual”. Aseguró, además, que en estos diez años el Estado “no ha desatendido” su obligación de garantizar a las víctimas “verdad, justicia, reparación y derecho a la no repetición”.

En declaraciones a los medios de comunicación antes de ese acto, respondió a las palabras del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y su intención de apoyar los Presupuestos Generales del Estado si eso contribuye a sacar de las cárceles a los presos etarras que permanecen en ellas. En un Estado de Derecho “no hay contraprestaciones que vulneren la ley”, aseguró.

(SERVIMEDIA)
20 Oct 2021
CLC