Para ello, Ifop encuestó a empleados de diversos sectores, a los que preguntó cuáles serían las dificultades que una persona con discapacidad podría encontrar si trabajara en su empresa.

El 59% y un 26% de los encuestados afirmaron que una persona ciega tendría dificultades “muy importantes”, o “importantes”, respectivamente, para trabajar en su empresa, y porcentajes similares (52% y 32%) opinaban lo mismo con respecto a personas con dolencias mentales.

El 67% de los participantes en la encuesta consideraba que las personas con movilidad reducida se enfrentarían a importantes impedimentos en su empresa, y un 58% respondió del mismo modo con respecto a las personas con amputaciones.

La investigación añade que los empleados que tienen compañeros con discapacidad consideran que sus problemas en el entorno laboral son menores que aquellos que no tienen colegas con discapacidad.

Sin embargo, el 50% de los encuestados creía que un trabajador con movilidad reducida podría desempeñar las funciones correspondientes a su puesto de trabajo, mientras que el 44% opinaban lo mismo con respecto a personas ciegas y sordas.