El estado de la encausada es determinante para que el Ministerio Fiscal no pida cárcel y sí el ingreso en un centro psiquiátrico durante siete años, ya que aplica la eximente completa de trastorno mental. No obstante, el abogado de la defensa, ejercida por Javier Notivoli, mantiene la solicitud de absolución.

Los hechos ocurrieron el 7 de octubre de 2010 en la vivienda conyugal en la que vivía la encausada, Hakima B.M, de origen marroquí, con su pareja, la hija de ambos y su cuñado en la localidad de Muel (Zaragoza). Sobre las 22.30 horas, la mujer, que se encontraba en su dormitorio con la niña, sufrió, según el escrito de Fiscalía, un trastorno psicótico delirante agudo que le llevó a pensar que en el pequeño cuerpo de su hija se había metido el demonio.

Entonces, para tratar de “liberar” a su hija, Hakima intentó matarla con fuertes golpes y mordiscos que le causaron fracturas en el hueso frontal de la cabeza, en la órbita ocular izquierda y en la región parieto temporal.

Esta agresión fue de tal envergadura que, según los informes médicos, provocó unas heridas de tal gravedad que de no ser atendida rápidamente podían haberle causado la muerte.

Los gritos y lloros de la niña hicieron que su tío se presentara en el dormitorio de la acusada, a la que sacó a la calle por la fuerza para impedir que continuara la agresión, sufriendo arañazos en el cuello.

La procesada estuvo en situación de prisión provisional en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza desde el 9 de octubre de 2010 hasta el 11 de febrero de 2011.